El Perdón en la vida del Cristiano
- Catolican
- 1 oct 2018
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Son y es, unas de las cosas más mansas y humilde de todas que podemos tener a un prójimo, en perdonar unos con otros nuestros pecados, de igual forma eso se pueda convertir en una medicina propia de un bien común para una persona, ya que por muchos años esa persona no allá tenia al menos un perdón, puede convertirlo como nueva esperanza y sobre todo fuerza para una persona necesitada. Convirtiéndolo así como gesto de piedad y de mansedumbre para Dios.
De igual forma es deber, obligación y derecho y sobre todo regalo de tarea en poder perdonar los pecados o culpas de nuestros deudores, haciéndolo así que el perdón sea una formas de disuadir y de superar nuestras propias faltas y debilidades que hayamos cometido o no hayan hecho.
Por otro lado el perdón, es una mirada de misericordia y de piedad que se pueda notar en una mirada ajena e inter personal, ya que se puede observarse por sí mismo la mirada de Cristo Jesús. Perdonar nuestras faltas y culpas a nuestro prójimo es un pequeño gesto que dejamos a nuestros hermanos y familiares, porque a simple pruebas; es misión y acto de misericordia que se pueda coordinar y dar mientras que nosotros perdonamos las culpas y errores de nuestros enemigos. Recordemos que simplemente el perdón no es palabra, tarea o deber, es propia enseñanza bíblica que Cristo Jesús, nos dejó muy bien claro, en las escrituras, y es por eso, que la iglesia lo ha recogido como nuevo método de recordatoria en utilizarlo en nuestra vida cotidiana como parte de una nueva enseñanza que Jesús nos dio, así mismo como a sus discípulos. En los Evangelios de Mateo 6: 12, nos relata en un momento en cómo se podía orar al Padre, y es allí en donde Jesús, les enseña en orar en una forma amplia y bien concreta al Padre que está en los Cielos, pues bien en unas de sus estructura de la oración se habla claramente sobre el perdón para uno como para él, en que igual forma debemos también nosotros perdonar nuestra debilidades y ofensas al prójimo: Y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a quienes nos ofender.
Esa oración que profetizamos en nuestra fe, cristiana católica, que es el Padre Nuestro, es muestra que el perdón a simple vista no es solamente anécdota si no es también acción de gracias y acto de misericordia al Padre, y es por eso que no se debe tirar a la basura, ya que es obligación propia de nosotros en perdonar a nuestros deudores, como también ellos nos perdona al igual como el Padre. Pero además de esa pequeña oración y explicación no es la única que existe como típica enseñanza de Jesús. En las escrituras de los Evangelio Pedro le pregunta al Maestro que cuanta veces tiene que perdonar a sus enemigos y Jesús le dice: Setenta veces siete, ósea siempre, eso se implica al número de la perfección Mateo 18: 22.
¿Pero nosotros en sí, estamos llamados a perdonar de esa extremada cantidad de veces? Creo que no. Es por eso que a nosotros mismo, no ha costado perdonar hasta nuestros propios pecados y para eso nosotros los hemos llamado: orgullo y debilidad espiritual. Esto implica que como nosotros mismo nos sometemos a nuestra propia burbuja y nos hacemos sentir implícitos con eso, a llegado así que en nuestros propios entorno sea rodeado para nosotros mismo, ósea convirtiendo en nuestro propio universo, y no nos fijamos y acordamos a quienes podamos ofender y herir por nuestros errores, a alguien, llegándolo así como una forma propia y nefasta de nuestra propia personalidad.
Es por eso que el cristiano, tiene que ser autentico en sí mismo y sobre todo ser también rostro seméjate de Jesús aquí en la tierra, ya que con esos pasos se pueda dar como modo épico y hecho semejante para los demás y es también hecho bueno para una propia evangelización. Así mismo, en una catequesis del papa Francisco que lo dedico en una Audiencia General del miércoles 09 de Agosto del 2017, hablo sobre que el perdón son unas de las formas neta e inexplicables sobre Jesús ya que el perdón hace ver por mismo la misericordia y la compasión de Dios, haciéndolo llegar los sufrimientos de los pecados de los demás, dándolo así como ejemplo del evangelio de ese día sobre, la mujer que lavo con su propio pelo los pies de Jesús.
El Señor Jesús indica las etapas de un posible alcance de una meta para poder así alcanzar rápidamente una misericordia plena y bondadosa al projimo, que es: No juzgar y no seréis juzgados; no condenar y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados Lucas 6: 37.
Sin embargo, esto no es todavía suficiente para manifestar la misericordia del perdón para el otro, en que Jesús nos regala. El cristiano tiene que ser instrumento del perdón, ya que hemos sido los primeros en haberlo recibido de Dios. Ser generosos con todos sabiendo que también Dios dispensa sobre nosotros sus benevolencias con magnanimidad. Cada uno de nosotros ha recibido el don del Espíritu Santo para el perdón de los pecados, de eso somos nosotros responsables. Ninguno de nosotros somos dueño de los sacramentos y más aún del sacramento de la reconciliación; todos nosotros somos partes de un solo cuerpo de Cristo que es la Iglesia, convirtiéndonos s así como fieles servidores del perdón de Dios.
Pues bien así como el mismísimo Dios echo nombre en cuerpo y carne pudo perdonar los pecados de la samaritana, o de la adultera o de cualquier enfermo. Tú también podrás hacerlo; llevándolo así como nostalgia y gozo para Cristo. Además dar eso como propio ejemplo para sus discípulos y tanto también para el pueblo de Israel que el perdón es un propio gesto de misericordia que el Padre nos pueda dar y que con piedad y amor nosotros como hijos suyos, también podemos llevarlo como típica enseñanza; por eso es también de suma importan saber que el propio gesto de piedad y mansedumbre en el perdón de los pecados de otros; ya sea algo que nos allá dolido del todo el corazón, es un propio gesto de amor que Dios ofrece a través de nosotros para la aquella persona que tiene que ser perdonada, por sus pecados, llevándolo así como gesto del mismísimo Hijo de Dios.
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